
Era la primera vez que el Primavera Sound se celebraba también en Madrid, un fin de semana después de la clásica edición en el Fórum de Barcelona. Al ser festivo el viernes 9 en la Región de Murcia, opté por este nuevo Primavera, además de por la cercanía, y es que en un BlaBlaCar te plantas en poco más de tres horas en el Metro de Arganda del Rey, donde un bus lanzadera te llevaba gratuitamente al recinto.

Pero empecemos por el principio: la primera edición en Madrid parecía estar gafada, y es que por peligro de lluvia y tormentas se suspendió la primera jornada, la del jueves, que encima era el mejor día, con las actuaciones de SPARKS, BLUR, LE TIGRE o NEW ORDER, entre otras. La organización pudo reubicar a última hora a BLUR en La Riviera, con el hándicap del aforo, por lo que sólo poco más de 2000 afortunados pudieron disfrutar de esta actuación. También recolocó los djs de la Boiler Room en una discoteca de Madrid, pero eso ya nos interesaba menos. Las dudas de si se iba a suspender el resto del fin de semana estaban en el aire, por lo que anulé el viaje y me fui en otro BlaBlaCar al día siguiente, ya que el festival siguió su curso normal a partir del día siguiente.

Hay que mencionar también que durante la semana se venían celebrando conciertos en diversas salas de Madrid, en lo que se denomina Primavera en la Ciudad. También habían actuaciones gratuitas programadas para el jueves y sábado en el Wanda Metropolitano, que era también desde donde salían los autobuses lanzadera hacia el festival.

Viernes, 9 de Junio de 2023.
La Ciudad del Rock albergaba hasta 12 escenarios cuya ubicación tenías que aprenderte para localizar a los artistas que querías ver. Yo ya tenía mi ruta hecha.

Lo primero era Julia Jacklin, una artista folk que no me llamó mucho la atención, por lo que me fui a ver a THE BETHS, que coincidían en horario, y éstos me gustaron más. Son un cuarteto neozelandés de Auckland, y su indiepop sí que sentaba bien a esas horas de la tarde, antes de la puesta de sol.

Tras THE BETHS me fui al Escenario Cupra a ver a THE DELGADOS, que a la postre se convertiría en mi concierto favorito de todo el festival. Fui casi con un cuarto de hora de antelación para intentar coger sitio en primera fila. No sólo lo cogí, sino que durante todo el concierto podías situarte en primera fila o en la que te diera la gana. Era evidente que no habían vendido tantos abonos como esperaban.

THE DELGADOS comenzaron con una demoledora «No danger», para continuar con una inmaculada colección de incontestables hits, como «Accused of stealing», «Everything goes around the water», «I fought the angels», «American trilogy», «The past that suits you best», «Coming in from the cold», «The light before we land», «Everybody come down» y terminando con una apoteósica «Thirteen gliding principles», demostrando su excelente estado de forma después de 17 años de parón. Al cuarteto escocés formado por Alun Woodward, Emma Pollock, Stewart Henderson y Paul Savage, le acompañaban, como solían hacerlo en directo hace casi veinte años, el mismo cuarteto de cuerda y una flautista-corista, regalándonos uno de los mejores y más emotivos momentos de todo el festival. El sonido era brutal, y ese concierto nos puso las pilas ya para todo el fin de semana, a pesar de que se hizo muy corto!

A continuación me pasé por THE MARS VOLTA, otro de los grupos que llevaban desaparecidos de los escenarios desde hace una década. Cenizas de AT THE DRIVE IN, THE MARS VOLTA giraron hacia sonidos más cercanos a la música latina, al soul y al jazz, y si bien no colecciono sus discos, sus directos son bastante agradecidos, con todo un torrente de energía que desprenden en sus directos.

Y ya era momento del otro gran concierto del festival junto al THE DELGADOS, el de THE MOLDY PEACHES. El grupo liderado por Adam Green y Kimya Dawson, fueron una fiesta continua, un desmadre divertido a base de éxitos como «Lucky number nine», «Jorge Regula», «On top», «Steak for chicken», «Lazy confessions», «Anyone else but you», etc… finalizando con «Who’s got the crack». Disfrazados y con un directo campechano y honesto, en el que contagian lo bien que se lo pasan sobre el escenario, los que estábamos allí no queríamos que se acabase nunca, y es que THE MOLDY PEACHES impregnan de tan buen rollo sus directos que nos ofrecieron otro de los momentos mágicos e inolvidables de todo el fin de semana. Al finalizar su actuación, me quedé con la sensación de que ya había amortizado mi entrada.

De ahí, y aún extasiado por lo que había visto, me acerqué a DEPECHE MODE, que aunque en un principio, coincidían en horario, comenzaron con bastante retraso debido a que mucha gente estaba aún entrando al festival, y es que había verdadero caos con atascos de más de una hora larga para llegar a la Ciudad del Rock. Llegué a «I feel you». Estaba lleno de gente. Eran el cabeza de cartel claro de la jornada. Mucho público había subido exclusivamente para verlos a ellos… bueno, algunos aún estaban subiendo. Era difícil coger buen sitio si venías con el concierto empezado. Llevaban ya la mitad de la actuación, y de las antiguas, de las buenas, sólo habían tocado «Everything counts», así que me largué a ver a ALVVAYS.
Llegué a tiempo de escuchar en directo su hit «Dreams tonite». Estaban presentando su disco nuevo, ‘Blue rev’ (Polyvinyl, 2022), que aunque no me gusta mucho, en directo sonaba genial, con ese punto shoegaze tan interesante.

Luego vuelta a DEPECHE MODE, que ahí seguían con gran sonido y un repertorio plagado de canciones de su nuevo trabajo, ‘Memento mori’ (Columbia – Sony, 2023), dejándose las pocas buenas que tocaron para el final, como «Enjoy the silence», y un bis en el que interpretaron «Just can’t get enough», «Never let me down again» y un «Personal Jesus» con la que pusieron el punto y final a su actuación.

NATION OF LANGUAGE no suenan mal en directo, pero son un pastiche. Son como si Morrissey cantara canciones de NEW ORDER e imitara en directo a EL ÚLTIMO VECINO. Algunas de sus canciones se parecían sospechosamente a otros temas conocidos, hasta el punto de pensar si eran versiones cuando en realidad eran temas propios.

THE SOFT PINK TRUTH es el nuevo proyecto de Drew Daniels (MATMOS), una propuesta de electrónica elegante y sutil, muy buena para bailar un rato a esas horas.

Tras una breve visita por la electrónica de los escenarios principales (ya no sé si era FRED AGAIN o SKRILLEX a quiénes vi), emprendí camino hacia otras ubicaciones en búsqueda de guitarras, encontrando a UNWOUND, aunque eran demasiado post-hardcore para mi gusto.

Prefería echarme unos bailes de la mano de DAPHNI, esto es, Dan Snaith, de CARIBOU, pero más por hacer tiempo hasta LEBANON HANOVER, de quiénes me habían hablado muy bien.

LEBANON HANOVER son un dúo británico-germano de post-punk y cold-wave, formado por William Maybelline y Larissa Iceglass. Hacen un post-punk oscuro y siniestro con ritmos programados, influenciado por bandas como BAUHAUS, THE CURE o SIOUXSIE & THE BANSHEES. Presentaban su último álbum, ‘Sci-Fi sky’ (Fabrika, 2020), y en directo y a esas horas, son un grupo que se agradece y disfruta bastante.

Tras ellos, ya nos fuimos a pillar el bus de vuelta a Madrid… había varias colas al salir del recinto: las que llevaban a los taxis, una que dejaba en la estación de metro de Arganda del Rey, y otras que dejaban en Madrid… todas eran bastante largas, por lo que tuvimos que esperar más de una hora para pillar un bus que nos dejaba en Plaza de Castilla. Sin duda, el transporte fue lo peor del festival con diferencia, agotando la paciencia de muchos festivaleros.
