Tercer álbum de esta investigadora del sonido británica, y segundo para el sello The Death of Rave. Son siete cortes, dos de mayor duración por la cara A y cinco más cortos por la cara B. En su música confluyen la clásica contemporánea, el acid-house, el ambient y el dream-pop. Son temas de querencia hipnótica, sobre todo los de la cara A, “Canticles of ecstasy” y “Heathen’s gate”, llenos de vanguardismo y experimentalismo electrónico, e influenciados por el tumulto socio-político de 2018, y por las nociones de liberación y represión, tanto sexuales como psíquicas y políticas. La música es oscura y aterradora, pero realmente interesante, aunque a veces se vuelva tremendamente confusa, sobre todo en la cara B. La idea partió de una pesadilla en él que su novio la asesinaba y la escondía después bajo la cama de un hotel. El disco es un estudio sobre la sexualidad femenina y sobre las fascinaciones morbosas, ocultas y transgresoras, un cruce entre el cine fantástico de Jean Rollin y sus bandas sonoras, y las atmósferas intrigantes de COIL o COSEY FANNI TUTTI. Se trata de una edición limitada de 300 copias en vinilo rojo.
Mis favoritas:
1. Canticles of ecstasy.
2. For murder.
3. Heathen’s gate.