Octavo álbum del proyecto personal del ex-SPACEMEN 3 Jason Pierce. Cierto es que se tira cada vez más tiempo en publicar un álbum nuevo, y es que han pasado seis años desde ‘Sweet heart, sweet light’ (Double Six, 2012), pero ¿qué más da si al final el resultado merece tanto la pena? Y es que ‘And nothing hurt’ es un discazo de principio a fin. Contiene nueve piezas adornadas con un sinfín de arreglos orquestales que lo hacen grande y maravilloso, y es que a lo largo de los casi cincuenta minutos del disco se escuchan saxos, trompetas, trombones, violines, coros, pianos, vibráfonos, sintetizadores, órganos de todo tipo y un largo etcétera… Un disco que se ha grabado en su propio estudio casero, y que casi agota su paciencia por ese excesivo afán de perfeccionismo y autoexigencia de Pierce. Dejó caer que este disco sería el último, pero espero que no sea así. Las canciones, auténticos himnos de atmósferas grandilocuentes y tintes épicos, pueden recordarnos a su obra maestra de 1997, ‘Ladies and gentlemen we are floating in space’. El disco se abre con “A perfect miracle”, cuyo aire evoca al ‘Deserter’s songs’ de MERCURY REV. Buen comienzo. El disco contiene un par de temas trepidantes, “On the sunshine” y “The morning after”, que son la antítesis de otros más pausados y narcóticos, como “The prize” o “Damaged”, no por ello, menos interesantes. Y es que en el disco hay pinceladas de diversos estilos: kraut-rock, soul, psicodelia, góspel, blues, free jazz,… pero siempre pasados por el elegante filtro sonoro del Sr. Pierce.

Mis favoritas:
1. The morning after.
2. A perfect miracle.
3. The prize.