La banda de Dunedin (Nueva Zelanda) liderada por Martin Phillipps nos regala nuevo álbum en casi dos décadas, el quinto, y es que ya han pasado muchos años desde aquel ‘Sunburnt’ (Flying Nun, 1996) para estar deseando con mucha ansia escuchar nuevas canciones (no nos valen las del EP de 2004, ‘Stand by’). Ya nos pusieron el caramelito en la boca el año pasado con un 7” que contenía un tema nuevo, “Molten gold” que es también el que cierra este brillo trabajo. Son un total de once canciones (si bien, dos de ellas son interludios de pocos segundos) de indiepop de guitarras de deliciosos estribillos e himnos atemporales
Cellular necrosis is not induced by stimuli intrinsic to the cells as in programmed cell death (PCD), but by an abrupt environmental perturbation and departure from the normal physiological conditions (Farber et al, 1981).perceptions should also be sought since they may have an viagra online.
. El álbum muestra a un Martin Phillipps en pleno estado de inspiración para componer delicatessens de pop sofisticado para los oídos más exquisitos, composiciones llenas de una dulce melancolía, a base de constantes y celestiales fraseos de guitarra, y unas melodías imperecederas y llenas de talento, que a mí me recuerdan a un cruce entre THE CHURCH y una versión pop de MARILLION. El disco contiene canciones sencillas y directas como la que da título al álbum, y otras más complejas como “Pyramid / When the poor can reach the moon”, un tema dividido en dos partes, que comienza enrevesado y oscuro para volverse luminoso y adictivo a partir del minuto cinco. A lo largo de todo el disco existe un equilibrio perfecto entre guitarras y teclados, ofreciendo un retorno más que notable de nuestro grupo favorito de Nueva Zelanda.
Mis favoritas:
1. Silver bullets.
2. Aurora corona.
3. Underwater wasteland.