Un fan como yo de THE BEATLES no podía dejar alguna de las pocas oportunidades que Paul se deja caer por nuestro país para pasarse a recordar con nostalgia lo que fueron tiempos mejores (musicalmente hablando). Y claro, aunque era una locura exprimir al máximo durante 3 días el festival Primavera Sound en Barcelona, y a la mañana siguiente coger un avión para plantarse en Madrid y disfutar de una de esas ocasiones únicas, nos lanzamos a la aventura
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. La verdad que en cualquier otro momento de mi vida seguramente lo hubiera pillado con más entusiasmo. Se trataba casi más de un deber por todo lo que me han emocionado los BEATLES, que el concierto que más me apetecía del año, que ni mucho menos lo era, no porque no me fuera a gustar, sino por el miedo que tenía a que sonara demasiado AOR, porque fuera muy inferior a las expectativas, o porque se dedicara a tocar canciones de su faceta en solitario y se olvidara de joyas de los 4-fab, pero luego afortunadamente la historia fue muy distinta, superando las expectativas creadas, y es que llegó a tocar canciones de THE BEATLES que estrenaba en esta gira. Al principio comenzó con un espectáculo un poco teatrero y bochornoso con bailarines y coreografías que hacía presagiar lo peor, pero después de esa media hora, y de un comienzo de repertorio titubeante, se marcaron un “You won´t see me” que me conquistó, fue todo una sorpresa que no me esperaba, una de mis canciones favoritas de THE BEATLES, y la verdad que se portó bastante durante las más de 2 horas que duró su espectáculo, que agradó supongo a la mayoría de todas las edades que se dieron cita en el estadio de La Peineta. Y es que había desde niños y familias enteras hasta gente de la edad de Paul. Y bien, aunque sí coló algún tema de los WINGS y de su etapa en solitario, cayeron un buen montón de canciones de THE BEATLES, lo que se agradecía, aunque yo le hubiera cambiado el repertorio por otras, ya que se pone. Y es que no hubiera dudado en sustituir, por ejemplo, “All my loving” o “Let it be” por “Strawberry fields forever” o “Lucy in the sky with diamonds”. Pero bueno, había que disfrutar lo que se daba, era la única oportunidad seguramente (o de las pocas) de disfrutar de las canciones del mejor grupo de la historia interpretadas por alguno de los protagonistas. Así, sonaron: “Drive my car”, “Eleanor rigby”, “Blackbird”,
“Sgt peppers”, “Penny lane” (otro de los momentos pelos-de-punta), “Lady madonna”, “Hey jude”, “Yesterday”, “The long and winding road”, “I saw her standing there”, “Get back”, “For no-one”, “We can work it out”, “I´ve just seen a face”, etc… Fue una noche de nostalgia, aunque hubiera cambiado ese concierto por verlos en The Cavern cuando empezaban o cuando vinieron a España a tocar y seguro que se oía más el ruido de la gente que a ellos. Dos pantallas laterales y un escenario lleno de decenas de bafles y de luces formaban parte del espectacular montaje para la ocasión. No faltaron tampoco unas llamas reales sobre el escenario en “Live and let die”, algún bis, y una despedida con un montón de confetti…