La primera vez que escuché a Heavenly fue en el 90, no recuerdo muy bien la fecha, pero debió ser a finales de año. Hacía un programa de radio con dos amigos y uno de ellos trajo una copia de «I fell in love last night«. Tras terminar la canción, Miguel Ángel no estaba demasiado convencido. «Así que éstos son los tal Heavenly… no sé si es para tanto«. Al instante terció Rafa, «tío, me enamoré la pasada noche!!.. te parece poco??«. No es poco, ni es cosa de tomárselo a broma. Heavenly son capaces de describir esos momentos en los que todo flota en una nube. Cuando son tristes son los nubarrones más negros del horizonte. Cuando toca enamorarse, se enamoran hasta las orejas. Son capaces de ello por la sinceridad y pasión que dejan en cada uno de sus temas. Porque son Heavenly y, como la pasada noche en que me enamoré, son algo especial.
El núcleo de la banda, Amelia, Peter, Robert y Matthew provenían de Talulah Gosh, banda cercana al C-86 allegada al sello de Stephen Pastel, 53rd & 3rd. Tras la disolución de Talulah Gosh a finales de los 80 y una época en que Amelia Fletcher intentó hacer versiones bailables de algunos de sus temas, se forma Heavenly. Con la experiencia como Talulah Gosh no tardan en fichar por Sarah Records, que ya les había tentado anteriormente para editar un flexi cuando existían los flexis y Sarah se llamaba Sha La La. Tres singles anteriores al lanzamiento de su primer mini-álbum, que fueron «Our love is heavenly», «I fell in love last night» y «So little deserve» los confirman como la banda más punk de un catálogo, como el de Sarah, terriblemente pop. Tras interminables dudas existenciales Sarah se decide a dar cancha a sus bandas para que graben álbumes de 12 pulgadas (ya que el amor por los 7 pulgadas fue la bandera del sello durante sus inicios).
El primer mini-álbum fue «Heavenly vs. Satan» (90), una portada verde y dorada y unos coros de apoyo a cargo de The Catherines of Arrogance, unas amigas del barrio de Amelia. Y, sobre todo, unas canciones magistrales. Desde el inicio con la divertida «Cool Guitar Boy» (pieza que mejor describe la histeria fan adolescente por un guitarrista guapo), se pasa por la tierna y desvalida «Shallow«, la bailable «Lemonhaired boy«, la arrogante «Don’t be fooled» o la ramoniana «It’s you«. Se pasan por tantos estados de ánimo que tan sólo 8 canciones llegan a convertirse en una montaña rusa donde no se sabe muy bien si se va o se viene. Si acabar pensando que el mundo es maravilloso o que el amor es una mierda, pero así es la vida y Heavenly no hacen más que describirla.
Tras este primer álbum, se deciden a fichar a Cathy, que tenía algo de experiencia a los teclados en diversas bandas de Oxford. Con ella a las teclas el sonido se hace más rico en detalles, los coros cobran más protagonismo y la banda adquiere un estilo más compacto. «Le jardin de Heavenly» (92) es su segundo trabajo, el más fiero que llegarían a realizar. Con la colaboración estelar del mismísimo Calvin Johnson (en «C is the Heavenly option«) Heavenly se sitúan aparte del resto de bandas de melodías etéreas y atmósferas dulces del catálogo de Sarah (Field Mice, Sweetest Ache, Orchids) con canciones rápidas de ritmos veloces y estribillos pegadizos. Si a una canción pop se le pide una melodía pegadiza, un ritmo bailable y una letra inteligente, «Le jardin de Heavenly» está llena de obras maestras del pop.
Tras un parón de un par de años, en 1994 aparece el que sería ya su último álbum para Sarah, «The decline and fall of Heavenly«, un disco donde los teclados toman un papel principal y donde abundan las canciones algo más amargas, con letras llenas de desencanto y melancolía, sin olvidar una verdadera crueldad cuando toca hacer reproches o autocompadecerse. Su tema estelar, «Sacramento» insinúa una búsqueda de nuevos lenguajes y un dominio instrumental ya envidiable. Las melodías son menos claras y menos pegadizas, pero son del tipo de las que adquieren más encanto a medida que se escucha el disco dos, tres, cuatro veces… hasta que se aloja en el reproductor y no sale de él en todo un mes.
Posteriormente, a finales de ese año y principios del siguiente, editan sus últimos trabajos para Sarah, ya en aquellos momentos pensando en clausurar al llegar a la referencia número 100. Las caras principales de estos dos singles, «P.U.N.K. girl» y «Atta Girl» serían editadas, junto con temas a lo largo de toda su carrera en un recopilatorio «This is Heavenly» (95) que editó Elefant Records tan sólo para el mercado español y que celebraría el magnífico concierto realizado en Benicassim de ese año.
Tras la desaparición de Sarah Records, fichan por Wiija, en esos momentos el sello más conocido en el Reino Unido y graban «Operation Heavenly» (96), posiblemente su mejor disco (en España fue editado por Elefant). Reconocidos en aquel momento como padrinos del movimiento Riot Grrrl e ídolos de nuevas bandas como Bis, «Operation Heavenly» les llevó a alcanzar cierto respeto y fama en prensa y público especializado. Operation Heavenly es rápido, febril, a menudo sucio pero.. qué narices, en el fondo siempre hay un poso inconfundible de Heavenly. Con otra colaboración de Calvin Johnson, una versión de Serge Gainsbourg y un single como «Space manatee» parecía imposible que Heavenly no abriese la puerta del éxito masivo…
Sin embargo a mediados de Junio de 1996, Matthew Fletcher, batería desde los tiempos de Talulah Gosh y hermano de Amelia se suicida en su casa de Oxford. El golpe es terrible y la banda decide cancelar todos los conciertos y cesar los compromisos promocionales que habían adquirido hasta ese momento. Tras el lanzamiento la banda decide disolverse. «Es muy pronto para decirlo, lo más seguro es que sigamos«, confesó Amelia Fletcher en una entrevista unos meses después, «pero no bajo el nombre de Heavenly; sin Matthew nunca sería lo mismo«. Y lo cumplieron. Tras tres años Amelia, Cathy, Peter y Robert han vuelto… aunque bajo el nombre de Marine Research. Ahora Marine Research han sacado su primer álbum. Suerte, ellos se lo merecen.
© Israel Sánchez Fuster.