Tras el EP de adelanto, ‘Beard on a bike’, por fin podemos disfrutar del cuarto álbum del escocés Lawrence McLuskey tras el nombre de BUBBLEGUM LEMONADE: doce canciones en las que él se ha grabado todo lo que suena, a excepción de unos deliciosos y puntuales coros femeninos a cargo de Sandra, el 50% del proyecto paralelo de Laz, STRAWBERRY WHIPLASH. El de Glasgow muestra aquí una extraordinaria sensibilidad pop para componer deliciosos temas clásicos de estrofas y estribillo, a base de guitarras cristalinas, ritmos sencillos y luminosas armonías vocales. Tiene una gran facilidad para escribir incontestables hits pop, a base de estribillos certeros e irresistibles melodías que resulta difícil apartar de la cabeza, canciones que beben por igual del bubblegum pop de los ‘60 como del jangle pop de los ‘80, con pinceladas del surf pop, de THE BEATLES y de la psicodelia. Hasta tiene su momento bailable en “As dead as disco”, con un ritmo juguetón, y en cuya letra contrasta el brillo de Woodstock con la oscura realidad de Altamont. Consigue emocionar con el tratamiendo de naturalidad que da a sus propias armonías vocales o con el sonido mágico y a la vez sencillo que extrae de su guitarra, con esa devoción por las Rickenbacker de 12 cuerdas. Sin duda, estamos ante un disco sobrebio, sincero y honesto, sobrado de inspiración y talento, que debería figurar entre lo más destacado del año por cualquier medio o fan que se precie.
Mis favoritas:
1. Beard on a bike.
2. Wishing it were Friday.
3. The great leap backward.